Hábitos diarios que podríamos estar haciendo al revés
En este último año, salió en prensa un artículo sobre la mejor hora para tomar café. El neurocientífico Steven Miller, de la Universidad de Bethesda (Maryland, EEUU), se basó en varias investigaciones para afirmar que hay unas horas en las que la cafeína nos hace efecto y otras en las que no tiene el efecto esperado debido a su interacción con nuestros ritmos biológicos. Afirmó que entre las 9:30 y las 11:30 era el momento ideal para tomar la taza de café. O al menos, el momento perfecto si más allá del placer de la taza de café en sí, estábamos buscando mantenernos más despiertos (ver artículo aquí).
Recientemente, el diario 20 Minutos publicó un listado de hábitos que podríamos estar considerando “verdades verdaderas” y que estaríamos siguiendo a rajatabla pensando que lo estamos haciendo bien. Tomarse el café recién levantado, echar la cabeza hacia atrás cuando te sangra la nariz, cepillarse los dientes nada más comer, abrigarnos con fiebre o dormir con la tele de fondo, podrían ser algunos de ellos. Pero, ¿qué hay de cierto en la práctica de esas costumbres casi incuestionables? Muchas cosas las hacemos por inercia o costumbre. Se lo hemos visto hacer a nuestros padres o lo hemos escuchado desde siempre. Pero, ¿desde cuándo no sacudimos nuestro baúl de los recuerdos y renovamos hábitos? En el caso del café y como adelantábamos al inicio del artículo, tomarnos uno recién levantados es un hábito muy extendido en todo en todo el mundo. Pero, si lo que buscamos en nuestra taza es algo más que disfrutar de su sabor, ¿sería la mejor hora?
La ciencia dice que nuestro cuerpo tiene su propio reloj interno. Es él quien se encarga de activar nuestro nivel alerta en las primeras hora de la mañana con el incremento de la producción de cortisol. A medida que van pasando las horas, los niveles van bajando. Y es ahí cuando sería más efectiva la cafeína del café. Unas dos o tres horas después de levantarse.
Si quieres conocer otros hábitos diarios que podríamos estar haciendo al revés, consulta los consejos que Laura Muñoz del Grupo Hospitalario Quirón daba al diario.
