Cafeína y salud del feto
Consumo de cafeína y crecimiento del feto
Los estudios sobre cafeína y menor crecimiento del feto arrojan resultados confusos. En 6 de 17 estudios realizados no se detectaron efectos sobre el crecimiento, mientras que en otros 7 estudios se observó una relación equívoca entre la exposición a la cafeína y el riesgo de ralentización en el crecimiento, aunque no se pudo establecer el papel de los factores de confusión. En otros 4 estudios no se evaluó esta relación, mientras que en otros 7 estudios, el retardo en el crecimiento resultó ser clínicamente insignificante (1,2).
Uno de los mayores estudios incluidos en la revisión fue el Estudio Generación R realizado en los Países Bajos, un estudio prospectivo de cohorte sobre 7.346 mujeres embarazadas. Se observaron relaciones inconsistentes entre la ingesta de cafeína y la circunferencia craneal del feto o su peso estimado. Un consumo elevado de cafeína (+540mg de cafeína diario) se relacionó con una menor estatura al nacer, lo que podría sugerir que el crecimiento fetal es menor debido a la cafeína. Sin embargo, deben realizarse estudios adicionales y en poblaciones no europeas para analizar estos posibles efectos sobre el crecimiento fetal y sus consecuencias posteriores sobre el bebé (19). En un gran estudio prospectivo de cohorte, en el que la cafeína consumida procedía fundamentalmente del café, se demostró que el café (no la cafeína) se relaciona con un aumento marginal de la duración del periodo de gestación pero no con partos prematuros. La cafeína se asoció de manera consistente con menor peso al nacer y menor tamaño relativo a la edad gestacional del feto (20).
La Opinión emitida en 2010 por el Comité del Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos establece que la relación entre la cafeína y el menor crecimiento del feto está por determinar (13).
Cafeína y malformaciones congénitas
Brent et al. concluyeron en su análisis de riesgo que es poco probable que el consumo habitual, o incluso elevado, de cafeína en mujeres embarazadas produzca un mayor riesgo de defectos de sus bebés al nacer. Salvo alguna excepción, no se ha detectado un aumento en el riesgo de malformación al aumentar el consumo de cafeína.
En un estudio se observó una débil relación entre el consumo de cafeína de las madres y la espina bífida en bebés (defecto del tubo neural), pero sin observarse un modelo dosis respuesta y con una relación inversa en el caso del té. Debe aclararse que el control de tabaco y alcohol como factores de confusión fue insuficiente (21). En otro estudio de casos y controles con 776 casos y 8.756 controles, se observó el riesgo de espina bífida en relación con el consumo de tabaco, alcohol y café de las madres durante el primer mes de embarazo. Se estableció que el consumo de tabaco (1-9 cigarros o +10 cigarros al día), alcohol (+4 copas al día) o cafeína no están relacionados con un aumento en el riesgo de que el bebé sufra espina bífida (22). El mismo grupo investigador concluyó en otro estudio que la variabilidad genética que establece un metabolismo lento o rápido de la cafeína puede representar riesgo diferentes (23).
En un estudio de 2011, que analizó los datos procedentes del Estudios Nacional sobre Prevención de Malformaciones al Nacer, se estableció la relación entre consumo de cafeína de la madre (café, té, refrescos y chocolate) y el riesgo de malformaciones al nacer. La cohorte de 3.346 casos fue completada con 6.642 controles. No se observaron evidencias de que la ingesta de cafeína por parte de la madre tenga relación con defectos congénitos (24). En otro estudio que analizó datos del mismo Estudios Nacional sobre Prevención de Malformaciones al Nacer, se evaluó la relación entre ingesta de cafeína y malformaciones en extremidades contándose con 844 casos y 8.069 controles. El consumo elevado de refrescos se relacionó con un mayor riesgo de deficiencias en la longitud de las extremidades. El consumo de café y té no se relacionó con ningún tipo de deficiencia en las extremidades (25).
Cafeína y muerte del feto
En 4 estudios realizados entre 2000 y 2009, y recogidos en una revisión científica (1), se analiza la relación entre cafeína y muerte del feto. Un mismo grupo investigador realizó 3 de los estudios, detectando una relación moderada en 2 de ellos y ausencia de relación en el tercero. El cuarto estudio también estableció una relación positiva. Sin embargo, ninguno de los estudios trata correctamente el efecto de los síntomas del embarazo como factores de confusión. Como ocurre con los abortos, los estudios que analizan la relación entre cafeína y muerte fetal recurren a fuentes de información comunes sometidas a sesgos que posiblemente expliquen este tipo de conclusiones (1).
Consumo de café en la madre y leucemia infantil
Hay pocos estudios disponibles en este campo, y aunque algún estudio sugiere una posible relación entre consumo de café durante el embarazo y aumento de la probabilidad de que posteriormente el niño sufra leucemia, se deben realizar estudios al respecto para poder llegar a conclusiones. La EFSA recomienda a las mujeres embarazadas, o que estén amamantando a sus bebés, un consumo total de cafeína de un máximo de 200mg de cafeína, lo que equivaldría a 2-3 tazas de café (26).
Los autores de un meta-análisis realizado en 2015 sobre 3.649 casos y 5.705 controles concluyó que “hay una relación entre el consumo de café y refrescos de cola por parte de la madre y el riesgo de leucemia infantil” (27).
En otro estudio publicado en 2015, en el que se analizó el consumo de tabaco por parte del padre, y el consumo de alcohol, café y té por parte de la madre durante el embarazo, se concluyó que no existía relación entre el consumo de café y la leucemia infantil aguda, pero sí se observó relación con la linfoblástica aguda (28).
Actualizado a 27/04/2017.