Ácido Fólico o Vitamina B9

El ácido fólico se denomina de esta manera porque se encuentra abundantemente en las hojas verdes (folium en latín). El fólico o ácido pteroilglutámico es hidrosoluble y, por tanto, su exceso se elimina por la orina. Se conoce también como folacina, Vitamina B9, Vitamina Bc. Vitamina M y factor Lactobacillus casei. Esta Vitamina es importante para la correcta formación de las células sanguíneas, es componente de algunas enzimas necesarias para la formación de glóbulos rojos y su presencia mantiene sana la piel y previene la anemia.

El término “folato” se usa para designar a un conjunto compuestos que surgen de la unión del ácido pteroico a una o más moléculas de ácido glutámico. Los folatos naturales son una mezcla de tetrahidrofolatos poliglutámicos no substituidos más diversos tetrahidrofolatos substituidos. Son aceptores de grupos de átomos que contienen carbono y por este motivo participan en una variedad de reacciones biosintéticas que requieren transferencia de grupos de átomos. Se considera esencial una ingesta adecuada de folatos para prevenir múltiples estados patológicos.

Dosis diaria recomendada

La ingesta diaria de folatos ha de ser de entre 200 y 400 microg tanto para hombres como para mujeres. La lactancia o el embarazo hacen aumentar las necesidades de las mujeres hasta, respectivamente, 500 y 600 microg. Una dieta rica en vegetales frescos es generalmente suficiente para cubrir las necesidades de esta Vitamina.

El hígado contiene gran cantidad de folatos mientras que en una gran variedad de alimentos los folatos se encuentran en cantidades relativamente pequeñas. Hay folatos en las verduras frescas, frutos secos, fruta madura, coliflor, legumbres, cereales integrales, carne, leche y huevos.

Si bien (hasta ahora) en Europa no es habitual enriquecer los alimentos con folatos, la FDA (Food and Drug Administration) americana ordenó suplementar con 140 microg cada 100 g de cereales. El objetivo era prevenir los defectos de la formación del tubo neural en fetos. Un 57% de hombres y un 65% de mujeres mayores de 65 años tiene déficit de folatos. Además un 50% de personas ingieren folatos en menor cantidad de la recomendada. El médico sabe que la Vitamina B9 interfiere con fármacos diversos los cuales pueden afectar la absorción de la Vitamina. El metotrexato, que se emplea en ciertos tipos de cáncer y en artritis reumatoide, también afectan la absorción de ácido fólico. Es a menudo recomendable aumentar la ingesta de folatos bien mediante la dieta o mediante suplementos dietéticos. Cualquier suplementación se ha de hacer bajo la supervisión de un médico.

Sólo un 50% de los folatos ingeridos se absorben. El condiciones normales el ácido fólico sintetizado por la flora intestinal no contribuye a la nutrición humana puesto que la absorción de folato se produce en el intestino delgado mientras que la flora que produce folatos se encuentra en el intestino grueso. Puede haber déficits de folatos debido a una gran variedad de patologías intestinales como la enfermedad celíaca, la enfermedad de Crohn, el esprue tropical, la resección intestinal y el colon irritable. Ciertos fármacos pero también el etanol reducen la asimilación de folatos. El alcoholismo también reduce la disponibilidad de folatos pero que se reduce su absorción y se incrementa su eliminación por orina. Los bebés que toman leches maternizadas pueden ver reducida la ingesta de folatos puesto que el calor influye en la estabilidad de estas moléculas. No sólo el calor sino también la humedad afectan a la estabilidad de estas Vitaminas de manera que los folatos naturales mantenidos húmedos son poco estables.

Efectos beneficiosos

La principal consecuencia de un déficit, incuso moderado, de folato es la malformación del tubo neural en fetos que da lugar a la denominada “espina bífida”. Por este motivo el folato es uno de los suplementos que los médicos recomiendan a todas las mujeres embrazadas. El déficit de folato es bastante habitual en sociedades industrializadas en que la dieta es poco adecuada o desequilibrada y también debido a los problemas de absorción derivados de patologías diversas del tracto gastrointestinal. El déficit es más frecuente en personas de edad avanzada y en personas que hacen dieta de adelgazamiento. El déficit de Vitamina B9 se sospecha cuando en un análisis de sangre hay un incremento en el volumen corpuscular medio del eritrocito, la hipersegmentación de los neutrófilos y anemia (incipiente ya en las primeras fases de la deficiencia). Los síntomas sin embargo son bastante difusos y se pueden confundir con una deficiencia de Vitamina B12 que es más común, sobre todo en personas de edad avanzada. Los síntomas de deficiencia de folato son irritabilidad, pérdida de apetito, dolor de cabeza, lengua inflamada, diarrea, palpitaciones, hostilidad y paranoia. La pérdida de apetito complica la situación porque se ingiere cada vez menos Vitamina. A veces aparecen antes los síntomas mentales que los físicos.

La Vitamina B9 ayuda a mejorar la salud y combatir el estrés, la fatiga, la pérdida de peso, el alcoholismo, la aterosclerosis, las “defensas” inmunológicas, los problemas del periodoncio y diversos problemas habituales en las personas de edad avanzada como las úlceras o la falta de apetito.

Estudios epidemiológicos que han tenido en cuenta factores diversos como enfermedades tipo diabetes, hipercolesteremia, hipertensión, etc. han demostrado que el consumo de folatos se asocia negativamente a problemas vasculares. Es decir que el consumo de Vitamina B9 disminuye el riesgo de padecer enfermedades cardíacas como el infarto de miocardio.