Boletín Café Ciencia y Salud, Noticias

Nuevas evidencias sobre la relación inversa entre consumo de café y mortalidad

Dra. Esther Lopez-Garcia. Profesora de Medicina Preventiva y Salud Pública en la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid

La asociación entre consumo de café y mortalidad prematura es de gran interés porque sirve para valorar el efecto global a largo plazo de esta bebida en la salud. Recientemente se han publicado varios estudios de cohortes que han concluido de forma consistente que el consumo habitual de café se asocia con un menor riesgo de mortalidad prematura en diferentes poblaciones1-3.

Freedman et al. han publicado este año en la revista New England Journal of Medicine el estudio con mayor número de personas realizado hasta ahora (más de 400.000) sobre la asociación entre café y mortalidad4. Este elevado tamaño muestral era importante para poder detectar de forma estadísticamente significativa cualquier efecto, beneficioso o perjudicial, de esta bebida. Además, los participantes del estudio eran muy heterogéneos en cuanto a características étnicas y a nivel socioeconómico5, lo que servía para poder extrapolar mejor los resultados a la población de Estados Unidos. Los autores siguieron a los participantes una media de 13.6 años, durante los cuales fallecieron 52.000 personas. El consumo de café se midió al principio del seguimiento utilizando un cuestionario de frecuencia de consumo de alimentos con 10 posibles opciones de respuesta para el consumo de café: desde 0 hasta 6 o más tazas de café al día. Además, se preguntó por el tipo de café consumido (con cafeína o sin cafeína).

Los resultados mostraron que en el grupo de aquellos que reportaron beber 2 ó 3 tazas de café al día hubo un 10% menos de riesgo de muerte que en el grupo que no consumía café; en aquellos que consumieron 4 ó 5 tazas/día un 12% menos; y en aquellos que tomaban 6 o más tazas/día un 10% menos de riesgo. En mujeres la disminución del riesgo de muerte prematura fue aún mayor: 13%, 16% y 15% para los consumos de 2-3, 4-6, y 6 o más tazas/día. Estos resultados se encontraron después de eliminar en los análisis el efecto de factores de confusión, como la edad, IMC, raza, nivel educativo, estilos de vida (tabaquismo, sedentarismo) y comorbilidades. Además, los autores encontraron una asociación inversa entre café y mortalidad cuando replicaron los análisis sólo entre aquellos participantes no fumadores y con muy buen estado de salud general al principio del seguimiento, en un esfuerzo por eliminar el sesgo que se produciría si muchas de las personas clasificadas como no consumidoras de café lo fueran porque padecían problemas de salud que podían ser agravados por los efectos agudos de esta bebida (insomnio, ansiedad, reflujo gastroesofágico, incremento de la presión arterial). El consumo de café sólo se midió al principio del estudio, por lo que no fue posible ajustar los resultados por cambios en el consumo de la bebida durante los 13 años de seguimiento. Sin embargo, este artículo proporciona una evidencia muy fuerte sobre la existencia de una asociación inversa entre consumo de café y riesgo de mortalidad prematura en una población general.

Aún no está claro si las diferentes preparaciones del café pueden afectar a la salud de forma diferente (en el estudio comentado, el café consumido fue filtrado, que es la forma de consumo generalizada en Estados Unidos, y mayoritariamente con cafeína). Tampoco está claro si el efecto del café es diferente en personas que han experimentado un evento cardiovascular previo, ya que este estudio se realizó excluyendo al inicio del seguimiento a personas con enfermedad cardiovascular diagnosticada. Nuestro grupo de investigación ha examinado esta cuestión en una población de enfermeras americanas que ya habían sufrido un primer evento cardiovascular no fatal6, encontrando que el consumo habitual de café no se asociaba con mayor riesgo de mortalidad cardiovascular o general, después de 24 años de seguimiento. Aún así, más evidencias son necesarias sobre el efecto del consumo de café en pacientes con enfermedades cardiovasculares. Finalmente, a pesar de la asociación inversa tan fuerte encontrada en este estudio y en los anteriores citados, es importante señalar que no tenemos la certeza aún de que esta asociación sea causal. Necesitamos ensayos clínicos y estudios de laboratorio que demuestren los mecanismos biológicos que podrían explicar estos beneficios del café.

Referencias

  1. Lopez-Garcia E, van Dam RM, Li TY, Rodriguez-Artalejo F, Hu FB. The relationship of coffee consumption with mortality. Ann Intern Med 2008;148:904-14.
  2. Happonen P, Laara E, Hiltunen L, Luukinen H. Coffee consumption and mortality in a 14-year follow-up of an elderly northern Finnish population. Br J Nutr 2008;99:1354-61.
  3. Tamakoshi A, Lin Y, Kawado M, Yagyu K, Kikuchi S, Iso H. Effect of coffee consumption on all-cause and total cancer mortality: findings from the JACC study. Eur J Epidemiol 2011;26:285-93.
  4. Freedman ND, Park Y, Abnet CC, Hollenbeck AR, Sinha R. Association of coffee drinking with total and cause-specific mortality. N Engl J Med 2012;366:1891-904.
  5. Schatzkin A, Subar AF, Thompson FE, et al. Design and serendipity in establishing a large cohort with wide dietary intake distributions : the National Institutes of Health-American Association of Retired Persons Diet and Health Study. Am J Epidemiol 2001;154:1119-25.
  6. Lopez-Garcia E, Rodriguez-Artalejo F, Li TY, Mukamal KJ, Hu FB, van Dam RM. Coffee consumption and mortality in women with cardiovascular disease. Am J Clin Nutr 2011;94:218-24.
  7.  

Tags: , , ,