Salud cardiovascular

INTRODUCCIÓN

Enfermedades cardiovasculares

  • La mayoría de estudios prospectivos de cohorte en los que se analiza la relación entre el consumo de café y las enfermedades cardiovasculares (ECV) sugieren que un consumo moderado de café – entre 3 y 5 tazas al día – puede proteger frente al riesgo de mortalidad por ECV.
  • La mayor parte de los estudios que analizan la relación entre consumo de café e ictus apuntan a que beber café está vinculado con un menor riesgo de sufrir un ictus, especialmente en mujeres.
  • No se observa relación estadísticamente significativa entre la fibrilación auricular y el consumo de cafeína contenida en el café.

Presión arterial

  • El efecto del consumo de café sobre la presión arterial es relativamente pequeño y no depende exclusivamente de la cafeína. Otros factores intervienen y algunos de ellos actúan en sentido opuesto al de la cafeína.

Colesterol

  • El método de preparación del café es el principal factor a la hora de determinar el efecto que el café pueda tener sobre los niveles de colesterol. Los ensayos en los que se usó café de filtro demostraron un efecto prácticamente nulo sobre el nivel de colesterol en sangre, mientras que el consumo de café no filtrado podría incrementar dicho nivel. Los efectos sobre el nivel de colesterol son en todo caso transitorios y se ven atenuados una vez se detiene el consumo.

Dilatación de los vasos sanguíneos

  • En un pequeño número de ensayos preliminares que analizan la dilatación mediada por flujo en la arteria braquial se ha observado un efecto a corto plazo del consumo de café. Es necesario realizar nuevos estudios antes de llegar a conclusiones sobre la naturaleza de este efecto.

Homocisteína

  • Existen algunas evidencias de que la ingesta de elevadas cantidades de café puede aumentar el nivel de homocisteína en sangre. Sin embargo, no está claro que la reducción de los niveles de homocisteína en sangre conlleve un menor riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares; no se ha establecido ninguna relación causal entre niveles elevados de homocisteína y las enfermedades cardiovasculares.

Estudios con pacientes

  • El número de estudios que toman a pacientes enfermos como referencia para su realización parece estar aumentando. Los resultados de dichos estudios deberían interpretarse con cautela y es cuestionable la extrapolación de dichos resultados al resto de la población sana. El valor principal de estos estudios debe cifrarse  en el desarrollo de nuevas terapias.

Mecanismos de acción

  • Se debe seguir investigando sobre los mecanismos que subyacen en la relación entre consumo de café y el menor riesgo de sufrir un ictus, así como los posibles vínculos con los factores de riesgo de accidentes coronarios. Es poco probable que la cafeína sea la responsable única de los efectos observados.

 

ESCENARIO DE PARTIDA

Por enfermedades cardiovasculares se entiende todas aquellas afecciones relacionadas con el corazón y la circulación de la sangre. Se incluyen por tanto las enfermedades coronarias, los ataques cardiacos y el ictus.

En Europa, las enfermedades cardiovasculares (ECV) son la principal causa de muerte, siendo responsables del 45% de las muertes totales (49% en mujeres y 40% en hombres) (1,2). En conjunto, las enfermedades coronarias y los accidentes cerebrovasculares son las principales causas de muerte por ECV, siendo responsables de 1,8 millones y 1,1 millones de muertes respectivamente (2). En otras palabras, las ECV causan más de 4 millones de muertes en Europa cada año, lo que supone una muerte cada 7 segundos (3).

Está previsto que las ECV sigan siendo la principal causa de muerte hasta 2030 y se estima que casi 23,6 millones de personas morirán por esta causa en Europa hasta esa fecha (2).

Se estima que las ECV cuestan a la economía de la UE unos 196.000 millones de euros cada año. De estos costes, un 54% se derivan de costes sanitarios, un 24% provienen de pérdidas de productividad y el 22% restante se debe a los cuidados informales proporcionados a personas con ECV (2).

 

ESTILO DE VIDA Y ENFERMEDADES CARDIOVASCULARES

Está demostrado que las elecciones que tomamos al respecto de nuestro estilo de vida, como pueden ser la mala alimentación, el consumo de tabaco o el consumo excesivo de alcohol, así como la falta de actividad física, afectan a la mortalidad por ECV. Un 28% de las muertes por ECV se pueden atribuir al tabaco, un 17% al sedentarismo, un 14% al sobrepeso, un 13% a una dieta inadecuada, y un 7% al consumo excesivo del alcohol (4). Además, estos factores negativos del estilo de vida se relacionan también con otros problemas de salud a largo plazo como la diabetes, la hiperlipidemia o la hipertensión, que a su vez pueden acabar por aumentar el riesgo de sufrir una ECV (5).

 

CONCLUSIONES

Los efectos observados del consumo de café sobre las enfermedades cardiovasculares y sus factores de riesgo no se pueden explicar únicamente en función de la cafeína.

Las evidencias científicas disponibles sugieren que el consumo moderado de café no aumenta el riesgo de sufrir enfermedades coronarias o un ictus. De hecho, en mujeres, el consumo moderado de café se relaciona con un menor riesgo de sufrir un ictus. Además, el consumo habitual de café (con cafeína) no parece que conlleve un aumento de la presión arterial. El efecto del café sobre los niveles de colesterol depende fundamentalmente del método de preparación del café. Aunque hay algunas evidencias que apuntan a un aumento del nivel de homocisteína en sangre con el consumo de café, no está claro que la homocisteína tenga relación con un mayor riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular.

Actualizado a 23/03/2017.