Enfermedades neurodegenerativas

Introducción

En diferentes estudios epidemiológicos se sugiere que el consumo habitual y moderado de café/cafeína durante toda una vida puede ralentizar el deterioro cognitivo de tipo fisiológico, es decir relacionado con la edad, especialmente en mujeres y en mayores de 80 años en particular.

Aunque las investigaciones realizadas apuntan a la existencia de una relación inversa (por tanto, beneficiosa) del consumo continuado de café con el riesgo de sufrir Alzheimer, los estudios epidemiológicos disponibles son heterogéneos y no se dispone de estudios prospectivos sobre grandes cohortes.

En un buen número de estudios epidemiológicos se indica también la existencia de una relación inversa entre el consumo de café y el riesgo de sufrir Parkinson. Se cree que dicha relación es de tipo dosis respuesta, por lo que habría un efecto causal.

De acuerdo con los estudios realizados en animales, es probables que la cafeína sea el compuesto responsable de ese efecto protector del café frente al Parkinson.

En muchos estudios en humanos se apunta igualmente a un efecto protector del consumo de café frente al riesgo de sufrir un ictus.

No se conocen con exactitud los mecanismos de actuación que explican el efecto neuroprotector de los compuestos presentes en el café. La cafeína juega un papel fundamental al neutralizar a los receptores de adenosina A2A, pero también se han detectado efectos favorables de otros componentes del café sobre la circulación vascular cerebral, la barrera hematoencefálica y la inflamación.

Escenario de partida

Las funciones cognitivas (tiempo de reacción, ratios de percepción y procesamiento de información) suelen mantenerse estables hasta los 60 años, tendiendo posteriormente a deteriorarse lentamente. Algunas investigaciones apuntan a que el funcionamiento cerebral puede comenzar a deteriorarse incluso a partir de los 45 años. Además las personas mayores tienen mayor probabilidad de desarrollar enfermedades neurodegenerativas, como Alzheimer o Parkinson, para las que no existe tratamiento en la actualidad.

Por ello, se han llevado a cabo numerosas investigaciones sobre diversos factores que influyen en la aparición de estas enfermedades, fundamentalmente relacionados con la dieta y el estilo de vida. Se sabe que la cafeína estimula ciertas funciones cognitivas gracias a sus efectos positivos sobre el estado de alerta, las capacidades de concentración y aprendizaje, la memoria y el estado de ánimo. También se sabe que tiene la capacidad de estimular la actividad motora, tanto en humanos como en animales. En vista de estos efectos positivos, se considera que la cafeína puede prevenir o retrasar los efectos del deterioro cognitivo fisiológico, relacionado con la edad, así como diversas enfermedades como Alzheimer y Parkinson, o el ictus. En cualquier caso, se deben realizar nuevos estudios científicos para llegar a conclusiones firmes al respecto.

Conclusiones

El consumo habitual y moderado de café/cafeína durante toda una vida (3-5 tazas normales de café) parece tener efectos positivos sobre nuestras capacidades cognitivas. Puede ayudar a preservar nuestro potencial cognitivo a medida que envejecemos, a la vez que previene el desarrollo de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y el Parkinson, y limita el riesgo de sufrir un ictus así como la gravedad de sus secuelas. Aun así, deben realizarse nuevos estudios científicos para llegar a conclusiones firmes al respecto.

Actualizado a 04/04/2017.