Emociones y estado de ánimo

Café, cafeína, emociones y estado de ánimo– una visión general

Los términos “estado de ánimo” y “emociones” se usan a menudo como sinónimos. Sin embargo, en términos científicos tienen definiciones diferentes. Un estado de ánimo es un estado afectivo de duración relativamente larga (32), mientras que una emoción tiene una corta duración. Se ha sugerido que las emociones se pueden definir a través de episodios de cambio sincronizado, con reacciones corporales y expresiones motores como componentes de dichos cambios (como sonrojarse) (33).

La salud mental y los problemas de salud  mental (como la depresión o la ansiedad) suponen un importante desafío para las políticas de salud pública en Europa (34). Cada año, 1 de cada 15 personas sufren una depresión grave en Europa y, si tomamos en cuenta la ansiedad y todas las formas de depresión, casi 4 de cada 15 personas se ven afectadas (35).

Las evidencias disponibles sugieren que tanto la dieta como el ejercicio físico pueden afectar al desarrollo y fisiología neuronales, protegiendo al cerebro de enfermedades o daños neurológicos (36). Se investiga en particular el papel de café, el cacao y el té, al ser alimentos ricos en polifenoles que pueden resultar beneficiosos para la salud mental, afectando al comportamiento, el estado de ánimo, la posibilidad de sufrir depresión y también a la capacidad cognitiva (37).

Cafeína y estado de ánimo

En una revisión científica realizada por A. Nehlig sugiere que la administración repetida de una dosis de 75mg de cafeína (equivalente a una taza de café) cada 4 horas puede conseguir una mejora sostenida del estado de ánimo durante todo el día. A pesar de ello, si las cantidades consumidas son más elevadas, puede producirse un estado de activación excesivo caracterizado por aniedad y nerviosismo (26). También se observa una mejora, en función de la dosis, de la percepción subjetiva del nivel de calma e interés tras consumir cafeína, lo que sugiere que la mejora del estado de ánimo puede depender del nivel de activación inicial (26). Las personas más cansadas pueden experimentar un cambio subjetivo más prolongado en su estado de ánimo que aquellas personas con un cansancio moderado o inexistente (26).

En varios estudios se ha revisado los efectos de la ingesta de otras cantidades de cafeína. En uno de esos estudios, una dosis única de 60mg de cafeína provocó una clara mejora de atención sostenida y el nivel de alerta, así como del estado de ánimo y satisfacción (38). En otro estudio se concluyó que una ingesta de 100mg de cafeína disminuyó significativamente la sensación de fatiga y letargo, a la vez que aumentó la energía de los participantes (39). La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) concluyó que se ha corroborado la existencia de una relación causal entre la mejora de los niveles de alerta y atención y la ingesta de 75mg de cafeína (la cantidad contenida en una taza normal de café) (1).

Las personas mayores parecen mostrar una mayor sensibilidad que los jóvenes a la capacidad de la cafeína para mejorar su estado ánimo (40). Los efectos sobre el estado de ánimo parecen también depender del momento de consumo durante el día, con los efectos más pronunciados observándose al final de la mañana (40). De hecho, se ha llegado a sugerir que la cafeína podría utilizarse como suplemento nutricional en personas mayores para mejorar su estado de ánimo y mejorar su capacidad cognitiva a la hora de realizar sus tareas diarias habituales (41). Sin embargo, se necesita contar con nuevas investigaciones antes de llegar a conclusiones definitivas.

Las investigaciones científicas también sugieren que la cafeína suele tener más efectos beneficiosos sobre el estado de ánimo de sus consumidores habituales (con respecto a los no consumidores), pero la capacidad cognitiva mejora más en los no consumidores (42). Igualmente, parece que no solo la cafeína modula el estado de ánimo; también la expectativa de consumirla consigue mejorar el estado de ánimo y el nivel de atención (10).

Los efectos de la cafeína a la hora de estimular los niveles de alerta y estado de ánimo percibidos no son permanentes, alcanzando su máximo a las dos horas de su consumo. En un experimento con trabajadores de una oficina, el consumo de cafeína y ornitina (un aminoácido que participa en el metabolismo de las proteínas, presente en la carne y los lácteos, y que puede ser sintetizado por nuestro organismo) en la mañana tuvo un efecto positivo sobre el estado de ánimo percibido (redujo la “sensación de fatiga” y aumento el “deseo de trabajar” y el “nivel de energía”) después del mediodía. Estos resultados sugieren que la ornitina potencia los efectos fisiológicos de la cafeína (43).

Se han emprendido innumerables investigaciones sobre la ingesta de cafeína y un gran número de efectos fisiológicos reversibles, tanto con niveles de consumo elevado como reducido, y no se han observado efectos fisiológicos permanentes sobre la salud (44).

Cafeína, carbohidratos y estado de ánimo

El estudio del consumo conjunto de nutrientes y compuestos bioactivos es muy interesante para los científicos, ya que ayuda a mejorar la comprensión del impacto del consumo de alimentos y bebidas sobre el organismo. La combinación en el consumo de cafeína y carbohidratos resulta de especial interés (45, 46).

En un estudio se revise el impacto del consumo de café y glucosa, con respecto a controles adecuados, sobre el estado de ánimo y la capacidad cognitiva, tanto conjuntamente como por separado. Se concluyó que ni la glucosa ni la cafeína mejoraron de forma significativa la capacidad cognitiva. Este resultado resulta sorprendente ya que en múltiples estudios se sugiere que mejora el rendimiento cognitivo (como se ha visto en la sección anterior “Cafeína y Estado de Alerta”). Los autores reconocieron que se dieron importantes factores de confusión que interfirieron con los resultados, y que la cafeína sí mejoró la reserva de capacidad mental percibida en el ensayo, aunque debería comprobarse en otros estudios si esta mejora se traduciría en un aumento de la motivación a la hora de realizar una tarea compleja (45).

En otro estudio en el que se administró una dosis moderada de cafeína (200mg) y una dosis baja de carbohidratos (50g de pan blanco), se observó una mejora del estado de ánimo y la capacidad cognitiva. Sin embargo, la ingesta de carbohidratos por sí sola no alcanzó este resultado (46). El elemento clave para la mejora del estado de ánimo y la capacidad cognitiva, según este estudio, fue la cafeína.

En un pequeño estudio piloto se observó que el café (con cafeína) producía un efecto positivo mayor en el estado de ánimo y la atención que el descafeinado. Es interesante puntualizar que el café descafeinado también tenía un efecto positivo sobre el estado de ánimo y la capacidad cognitiva por lo que debe concluirse que otras sustancias presentes en el café, como los ácidos clorogénicos, también influyen sobre estos aspectos (47). Dado el tamaño del estudio, los resultados deberían confirmarse en un grupo de población más amplio.

Cafeína y efectos sobre la depresión

Las investigaciones realizadas sugieren que la cafeína puede ayudar a prevenir la depresión y a aliviar los síntomas asociados a la misma. En un meta-análisis, realizado en 2016 sobre 346.913 individuos con 8.146 casos de depresión registrados, se sugiere el consumo de café puede tener un efecto protector frente a la depresión. Se sugiere una relación dosis respuesta con una curva en forma de J, alcanzándose el mayor efecto positivo con un consumo diario de 300mg al día (unas 4 tazas de café) (48).

En numerosos estudios se ha analizado específicamente la relación entre el consumo de cafeína y el riesgo de sufrir depresión.

En un estudio realizado, tomando los datos de 50.739 mujeres (edad media=63 años) del Estudio sobre Salud de las Enfermeras, se sugiere que las mujeres que consumían 2-3 tazas de café al día veían su riesgo de sufrir depresión disminuir en un 15%, mientras que a partir de 4 tazas dicho riesgo disminuía en un 20%, por comparación con el de aquellas mujeres que consumían menos de 1 taza a la semana. El consumo de café descafeinado no mostró efecto alguno sobre el riesgo de depresión. Este estudio observacional sugiere que la cafeína puede tener un efecto protector frente al riesgo de sufrir depresión (49).

En un estudio de cohorte, realizado sobre hombres finlandeses, se observó una reducción del 77% en el riesgo de sufrir depresión entre los grandes consumidores de café (por encima de 813mg de cafeína al día). Este efecto se observó para el café y no para el té o la cafeína por sí sola (50).

En un estudio trasversal realizado en Japón se analizó el impacto del consumo de té verde y café sobre los síntomas de depresión. Se sugiere que tanto el té verde (más de 4 tazas al día) como el café (más de 2 tazas al día) pueden tener un efecto protector frente a la depresión (51).

En un estudio trasversal, realizado sobre 10.177 coreanos de entre 20 y 97 años que participaron en el Quinto Estudio Nacional de Corea sobre Salud y Nutrición, se sugiere que el consumo de café puede tener un cierto efecto protector frente al riesgo de depresión (52).

Una investigación en la que se analizaron los síntomas de depresión de los participantes, consistió en la administración del café normal con 150mg de cafeína) o descafeinad (9mg de cafeína) y se observó que la cafeína mejoró el comportamiento durante juegos cooperativos y la capacidad de comunicar sensaciones de tristeza, lo que implica que el café mejoraría la capacidad de recurrir a apoyo social y a aliviar los síntomas de depresión (53).

Finalmente, debe precisarse que ciertos grupos de pacientes pueden tender a consumir más café y cafeína, como ocurre con los enfermos bipolares (54) o esquizofrénicos (55), que recurren al tabaco o el café con más frecuencia que la población general. Una posibilidad es que estos pacientes consuman estas sustancias para minimizar los efectos secundarios de sus medicaciones, como la anhedonia, o para contrarrestar déficits cognitivos derivados del tratamiento.

Cafeína y emociones

Cafeína consigue siempre mejorar los niveles de activación, pero no se sabe con claridad cómo afecta a otras dimensiones emocionales como pueden ser la aparición de sentimientos positivos y no negativos.

En un estudio se evaluó la respuesta emocional al café con el objetivo de recopilar los términos que describen las sensaciones que se experimentan al beber café. Los resultados sugieren que los bebedores de café experimentan emociones diversas. En algunos se trata de sentimientos positivos en situación de relajación o baja energía, mientras que otros disfrutan de la activación vinculada a situaciones positivas y de alta energía. Finalmente, otros consumidores buscaban un estado de concentración mental elevado (56).

Algunas investigaciones realizadas sugieren que la cafeína puede acentuar las respuestas emocionales a situaciones negativas en consumidores no habituados a la cafeína, pero no su elección sobre cómo regular dichas respuestas (57). En otras investigaciones, se analizó el impacto del consumo de cafeína en situaciones negativas ya provocadas, con la visualización de películas negativas, con el resultado de un aumento de las sensaciones percibidas de tensión, ansiedad y enfado en los participantes. Este efecto se vio atenuado cuando la cafeína se consumió con teanina (presente el té) (58).

Dopamina

La dopamina es un neurotransmisor que ayuda a controlar los centros de recompensa y placer del cerebro. También regula las respuestas emocionales.

En ciertas investigaciones se ha sugerido que la dopamina intermedia en los efectos que la cafeína tiene sobre el comportamiento. Tras consumir una taza de café, la cafeína pasa a la sangre y llega al cerebro. En el cerebro, la adenosina actúa como depresor del sistema nervioso central y provoca sensaciones de cansancio. Dado que tienen estructuras similares, la cafeína puede acoplarse a los receptores de adenosina como una “falsa adenosina”, bloqueando la acción de esta última y provocando un aumento en la sensación de alerta (59). Para más información, puede ver este vídeo sobre los efectos del café sobre el cerebro.

Las investigaciones realizadas hasta el momento sugieren que el consumo de cafeína puede estar relacionado con un aumento en la disponibilidad de receptores de dopamina en el cerebro, por lo que mejorará el nivel de activación vinculado a dichos receptores (60).

Conclusiones

Una ingesta moderada de cafeína tiene efectos beneficiosos sobre el estado de ánimo y el nivel de alerta, mientras que un consumo excesivo puede aumentar la sensación de ansiedad y nerviosismo. Los efectos sobre el estado de ánimo son más visibles entre los consumidores habituales de café, mientras que la capacidad cognitiva parece mejorar más entre los no habituales. La ingesta de cafeína también se vincula a un menor riesgo de desarrollar síntomas de depresión, y esta hipótesis se ha comprobado en diferentes grupos de población.

Es algo más complicado definir el efecto de la cafeína sobre las emociones y hay menos investigaciones disponibles en este campo. Sin embargo, parece que la cafeína estimula la respuesta emocional a través de su interacción con la dopamina.

Actualizado a 27/04/2017.