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Café y embarazo. Retraso en la concepción.

Recientemente se ha realizado una revisión de 16 estudios que analizaban la relación entre consumo de cafeína y aborto espontáneo1, pero en ninguno de ellos se tenía en cuenta el descubrimiento de Stein y Susser. Según estos autores, una placenta sana produce un aumento en los niveles de una o varias hormonas, que en algunas mujeres tiene como consecuencia un menor deseo de ingerir bebidas aromáticas de sabores intensos. Por tanto, si se produce un consumo elevado de cafeína en los primeros meses de embarazo, podríamos estar ante un marcador de niveles insuficientes de producción hormonal, lo que impediría una correcta implantación del feto en el útero.

La primera vez que se sugirió que el consumo de cafeína podría tener relación con el aborto espontáneo fue en un estudio realizado en 600 hogares. De 16 mujeres que consumían más de 600 mg de cafeína al día, solamente una tuvo un parto sin problemas. Ocho tuvieron abortos espontáneos, en cinco el bebé nació muerto y dos fueron niños prematuros. Se ha criticado este estudio ya que el ratio de respuesta sólo fue del 61% y los datos de consumo de bebidas con cafeína se recogieron mucho tiempo después del fin del embarazo, lo que implica un sesgo en el recuerdo. Además, no se corrigieron los resultados en función de factores de confusión como fumar, consumo de alcohol o nivel socioeconómico.

En muchos estudios retrospectivos de casos y controles se ha analizado la relación entre ingesta de cafeína y aborto espontáneo.

    1. Un estudio de caso y control a 927 mujeres ha sido el único que ha distinguido entre abortos espontáneos cromosómicamente normales o con algún tipo de anormalidad cromosómica. El consumo de cafeína se estimó justo antes y después del momento de quedarse embarazadas, y durante el embarazo. La ingesta de cafeína en el periodo en torno al momento de la concepción se asoció a un mayor riesgo de aborto causado por una monosomía del cromosoma X, aunque no hay pruebas de que exista una relación dosis-respuesta. No se estableció sin embargo ninguna relación con otras anormalidades cromosómicas o con abortos cromosómicamente normales. Se estableció igualmente que el consumo de cafeína durante el embarazo incrementaba el riesgo de aborto, tanto cromosómicamente normal como debido a anormalidades cromosómicas.
    1. Un segundo estudio de caso y control, con 591 abortos espontáneos y 2.558 controles, se centró en la medición de los niveles de paraxantina (un metabolito de la cafeína).
    1. En un tercer estudio de caso y control a una población determinada, con 562 abortos espontáneos y 953 controles, se estableció que las mujeres que consumían más cafeína tenían mayor riesgo de sufrir un aborto espontáneo.
  • Sin embargo, dos de los autores del primer estudio de caso y control sugirieron la posibilidad de que el consumo de cafeína sea un marcador de una mala implantación del feto, lo que podría explicar los resultados en los tres estudios. Una explicación alternativa podría ser la existencia de otros factores de confusión, cuya influencia es siempre probable en estudios de caso y control.

    En dos estudios prospectivos de cohortes no se detectaron relaciones significativas entre cafeína y riesgo de aborto espontáneo.

    1. En el primer estudio se utilizó a 431 mujeres embarazadas, identificándose todos los abortos espontáneos que se produjeron con posterioridad al día 21 de gestación, y realizando siete evaluaciones prospectivas de la ingesta de cafeína. En mujeres que consumían más de 300 mg de cafeína al día, el riesgo de sufrir un aborto espontáneo aumentaba en un 20%, pero la relación no era estadísticamente significativa.
    1. En el segundo estudio se tomaron 5.144 embarazadas, 499 de las cuales tuvieron un aborto espontáneo antes de la semana 20 de gestación. Los odds ratios calculados fueron de 1,3 para un consumo de 300 mg de cafeína al día, 0,8 para tres o más tazas de café al día, 1,5 para tres o más latas de refresco con cafeína al día, y 2,4 para el consumo de tres o más tazas de café descafeinado al día. Sólo esta última relación era estadísticamente significativa.
  • En una reciente revisión de la literatura científica se llegó a la conclusión de que “la relación entre consumo de cafeína y aborto espontáneo puede ser reflejo del fenómeno emergente identificado por Stein-Susser (las mujeres con náuseas tienden a reducir su consumo de cafeína), y las náuseas parecen ser un marcador de una buena implantación, posiblemente debido a un buen balance hormonal como consecuencia de una placenta sana”.

    Las evidencias disponibles no apoyan con claridad la idea de que el consumo de cafeína aumenta el riesgo de sufrir un aborto espontáneo.

    En una revisión reciente se tomaron once estudios sobre los efectos del consumo de cafeína y la probabilidad de quedarse embarazada1, aunque no se incluyeron en ella todos los estudios publicados hasta ese momento.

    Fue en un estudio a 104 mujeres en el que se sugirió por primera vez la idea de que el consumo de cafeína puede retrasar la concepción. En este estudio, las mujeres que consumían una cantidad de cafeína equivalente a una taza de café tenían menos probabilidades de quedarse embarazadas que las que consumían menos de esa cantidad. Se ha cuestionado el diseño de este estudio y los propios autores han reconocido algunos de los fallos de diseño detectados. Entre las críticas se incluye el hecho de haber utilizado a mujeres que no tenían las mismas probabilidades de concebir, o la eliminación de 117 mujeres que se quedaron embarazadas en los primeros tres meses del estudio. También el hecho de tomar el consumo del cuarto mes intentando quedarse embarazadas como representativo de todo el periodo, además de que la cafeína puede ser un marcador de situaciones de ansiedad, circunstancia que dificulta el quedarse embarazada.

    En estudios posteriores no se apoya la hipótesis de que el consumo de cafeína retrasa el embarazo. En un estudio a 2.817 mujeres, el tiempo promedio para quedarse embarazada no cambió en mujeres que consumían 7 g ó 0,5 g de cafeína al mes, y el consumo de cafeína no era mayor en 1.818 mujeres estériles que en 1.765 controles. En un estudio sobre 11.888 mujeres danesas embarazadas no se estableció relación entre consumo de bebidas con cafeína y tiempo hasta quedarse embarazadas.

    En un estudio prospectivo a 210 mujeres no se encontró una relación significativa entre el retraso del embarazo y consumo de café.

    Los estudios que han vinculado el retraso en el momento de quedarse embarazada con el consumo de café suelen tener graves problemas de diseño e interpretaciones erróneas de los resultados. Por ejemplo, un estudio realizado a 1.909 mujeres arrojó un odds ratio de 1,39 para consumos de hasta 150 mg de cafeína al día, de 1,88 para consumos de 151 a 300 mg, y de 2,24 para consumos superiores a 300 mg día, una vez corregidos los resultados teniendo en cuenta factores como fumar o métodos anticonceptivos. En este estudio se definía el retraso en el embarazo como un periodo superior a 12 ciclos menstruales. En el último de los casos, la relación era significativa. Sin embargo, se ha señalado el hecho de que en este estudio fumar, cuyo efecto a la hora de retrasar la concepción está bien documentado, aumentaba el riesgo de sufrir un retraso en el embarazo. Un segundo ejemplo se encuentra en un estudio sobre 1.430 mujeres, que apuntó al retraso en la concepción como consecuencia de un consumo de cafeína superior a 300 mg al día durante un año en no fumadoras, pero esta relación no se confirmó para el conjunto de la población estudiada8. Los peligros derivados de sacar conclusiones sobre los efectos en un grupo para el total de la población son de sobra conocidos. Fumar es un factor importante y bien conocido a la hora de retrasar el embarazo. En un estudio sobre 1.341 mujeres embarazadas se demostró que en todas las fumadoras se retrasó el momento de la fecundación en más de 12 ciclos, independientemente del consumo de café, sin que ocurriese así para no fumadoras que bebían café.

    En una revisión reciente, pero incompleta, de la literatura científica disponible se concluyó que “la afirmación de que el consumo de cafeína en mujeres retrasa el momento del embarazo no se ha sustentado sobre pruebas convincentes”. Algunos estudios que vincularon cafeína y retraso en el embarazo, solo observaron esta relación en subgrupos de la población estudiada, mientras que otros estudios no ajustaron sus resultados teniendo en cuenta factores de confusión. De estos estudios se deriva que fumar es la explicación más plausible del retraso en la concepción.

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